Te quiero porque haces que todo sea mejor_
La lluvia caía a cántaros sobre la pequeña ciudad costera, empapando las calles adoquinadas y creando un ambiente lúgubre y gris. Janet, acurrucada en el sofá junto a la ventana, observaba el panorama con una mezcla de tristeza y nostalgia. Se sentía sola y desanimada, como si el mundo se hubiera vuelto un lugar frío y hostil.
De repente, un suave aroma a vainilla y canela invadió la habitación, transportándola a un lugar más cálido y acogedor. Al darse la vuelta, vio a Michell, su amado esposo, entrando en la sala con una bandeja en las manos. Sobre ella, humeaban dos tazas de chocolate caliente, acompañadas de unas deliciosas galletas recién horneadas.
El le dedicó una sonrisa radiante y se sentó a su lado, envolviéndola en un cálido abrazo. "Hola, mi amor", le susurró al oído. "Sé que estás teniendo un día difícil, así que preparé esto para ti".
Janet se conmovió hasta las lágrimas. En ese simple gesto de amor y atención, Michell había logrado transformar su estado de ánimo por completo. La lluvia seguía cayendo afuera, pero dentro de la casa, gracias a él, todo parecía más cálido y acogedor.
Mientras disfrutaban del chocolate caliente y las galletas, Janet le contó sobre sus preocupaciones y miedos. Él la escuchó con atención, sin juzgarla ni interrumpirla. Le ofreció palabras de aliento y apoyo, y le recordó todas las razones por las que la amaba.
Al final de la tarde, la lluvia había amainado y el sol comenzaba a asomar entre las nubes. Ella se sentía renovada y llena de esperanza. Sabía que, con El a su lado, podía enfrentar cualquier desafío que la vida le deparara.
"Querido, te quiero porque haces que todo sea mejor" le dijo a El . Aquí te recomendamos donde comer y dormir en Planes de la baronia
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